Menu header

27 de septiembre de 2015

Un duelo mental, para aprender a volar


Esta semana realizamos una dramatización sobre el indicador de tipos Myers-Briggs (muy interesante el tema, espero luego poder escribir algo al respecto), donde me correspondió ser la persona “Extrovertida, Intuitiva, Racional, Calificadora”, que no eligieron en el puesto al que postulaba por su exceso de rigidez a la hora de la toma de decisiones.   Luego, una confrontación con el hecho de hablar con franqueza de los temas incómodos antes de que incomoden y su importancia del trabajo en grupo.

Todo esto me dejó pensando...


Me puso a pensar mucho en cuánto me cuesta a veces tomar decisiones sobre algo sin tener que hacer un gran análisis y sopesar cada posible consecuencia, para mí, para los demás, para TODO; y esto me genera ansiedad porque son rasgos de mi forma de ser que me llegan a desgastar y además porque potencialmente podría perder oportunidades por no ser más atrevida, de esto vengo haciendo conciencia hace bastante rato y aunque me cuesta mucho, me propongo mejorarlo, porque como gerente se necesita en buen grado ese espíritu de emprendedor del que se lanza al agua, o quema las naves porque el juego es ganar o ganar, con todo el coraje que se necesite para lograrlo.

También, pensé en los demás rasgos de mi personaje, y me motivé, porque leo cosas que siento que son parte de mi forma de ser, así como otras que quisiera mucho alcanzar y que sé que lograré.

Entonces, ¿De qué vengo hablando?: de la Inteligencia Emocional.
¿Soy la definición hecha persona?: ¡No!

Soy compulsivamente consciente de mis defectos y eso sin una contra-acción no deja nada bueno, entonces entre el debate mental (o mejor dicho “duelo”), me prometo canalizarlo positivamente siempre. Me cuesta aún auto-regularme, mis excesos de análisis y mi auto-cuestionamiento me pasan facturas muy crudas. Me encantan los negocios, amo ver posibilidades para innovar y hacer diferencia, me emociona MUCHO pensar en liderar una empresa con equipos comprometidos, conformados por personas de buen ritmo y buen corazón; admiro a los empresarios que entienden que todos somos humanos colaborando con otros humanos, que se mantienen enfocados y llegan a ser altamente exitosos, y a todos quiero preguntarles cómo llegaron hasta donde están, porque yo quiero eso para mi vida.


Finalmente luego de esa montaña rusa, termino siendo yo vs yo, porque al final el juego depende de uno mismo;  "porque el que no quiere, ni llevándolo arrastrado". Y saco certezas que le ganan a las dudas, y se me comienza a avivar la chispilla de confianza, que me calma y me motiva, entonces respiro y me vuelvo a montar al vagón… 



Honestamente: Este es un post de corte muy personal, así que me costó un poco publicarlo, pero tus comentarios siempre me alegran así que con toda confianza:

1 comentario:

  1. Excelente aporte, tanto el del ámbito académico relacionando teoría con la entrevista de la tarea como este de índole más personal. El primero fue muy claro y ligaste muy bien los conceptos. Me detengo en este personal. Conocerse uno mismo y poder controlar sus emociones (la esencia de la IE) te permitirá ser mejor persona y además te proporciona un gran poder, ampliar tu circulo de influencia (es decir aquellas cosas sobre las cuales tienes control y puedes tomar acciones). Por añadidura si estoy mejor conmigo mismo lo estoy con mis prójimos, ya sean estos compañeros de trabajo, estudio, amigos o familia. Pero el primer paso es conocerse uno mismo, como bien lo señalaste, y luego montarse su propio plan de mejoramiento. La vida universitaria te abrirá muchos espacios para poder mejorar aquello que deseas modificar, estoy seguro que sabrás aprovecharlos en beneficio propio, te insto a hacerlo.

    ResponderBorrar